Mitos y creencias sobre el cordón umbilical

Autoras: Mireia Marcos, Laia Casadevall

  • Policitemia: se ha dicho durante muchos años que si no se pinza rápidamente el cordón, el bebé recibirá demasiada sangre (poliglobulia). En los años 60 y 70 cuando se establecieron los parámetros de concentración de células en sangre que continúan vigentes hasta épocas recientes, se practicaba el pinzamiento inmediato del cordón, así que no tuvieron en cuenta la normalidad, sino que los parámetros eran de bebés con hipovolemia. Miedos poco racionales llevan a los profesionales a creer que su deber es pinzar lo más pronto posible, pero realmente, a parte de los parámetros sesgados, no hubo en ningún momento ninguna evidencia científica que demostrara los beneficios de pinzamiento temprano versus el tardío. A día de hoy, sí existe evidencia contundente a favor del pinzamiento tardío del cordón umbilical, y se ha demostrado en estudios recientes que pinzar de forma tardía no está relacionado con mayor riesgo de hiperbilirrubinemia en el recién nacido. Referencia

  • Manejo activo del alumbramiento:   El manejo activo del alumbramiento (salida de la placenta) consiste en, una vez nacido el bebé, administrar un fármaco oxitócico a la madre (ya sea por vía endovenosa o intramuscular) con la finalidad de ayudar al útero a expulsar la placenta y a contraerse de forma más efectiva, reduciendo así el riesgo de hemorragia postparto. Esta maniobra se acompaña de la tracción del cordón umbilical por parte del profesional de salud, una vez éste ha sido cortado (generalmente de forma precoz cuando el alumbramiento es activo). Según recomendaciones oficiales ésta es la mejor forma y más segura de alumbrar la placenta, independientemente del tipo de parto. El problema es que las investigaciones que avalan dicha práctica no habían comparado partos medicalizados con partos fisiológicos, y éstos requieren ser diferenciados porque poco tienen que ver. Una reciente investigación así lo ha hecho, obteniendo resultados nada sorprendentes, sino más bien dando razón al sentido común. Dicha investigación concluyó que en partos medicalizados sí es importante el manejo activo para reducir el riesgo de hemorragia, pero en partos fisiológicos, la forma más segura de actuar es con el manejo fisiológico del alumbramiento de la placenta, dado que la administración de fármacos aumenta el riesgo de retención de placenta y hemorragia. Referencia

  • Teoría de los vasos comunicantes: existe también junto con las anteriores creencias, la de que la placenta y el bebé son como vasos comunicantes, es decir que para que no se quede anémico lo dejaremos al mismo nivel que la placenta, entre las piernas de su madre, lo cual provoca a veces conductas desviadas como impedir que la madre abrace a su bebé. O todo lo contrario, elevar al bebé para evitar la temida poliglobulia, y pinzar cuanto antes. Como hemos dicho anteriormente, la circulación materno-fetal no funciona así.

  • Las vueltas de cordón como causantes de complicaciones del parto: Uno de cada 3 bebés nacen con una o más vueltas de cordón alrededor del cuello. No es motivo de alarma ni supone más riesgos para el bebé. Gracias a la gelatina de Wharton que protege los vasos sanguíneos, la sangre puede seguir circulando sin problemas a pesar de que se ejerza presión en ellos. Las vueltas de cordón no son motivo para intervenir en el parto ni cortar de forma precoz. El bebé puede nacer sin dificultades la mayoría de las veces, a pesar del número de vueltas de cordón.
  • Creencia de que hay que cortar el cordón para que salga el cuerpo del bebé: Aún existe la desactualizada práctica en nuestro país de comprobar si el bebé lleva vueltas de cordón una vez ha nacido la cabeza y antes de que nazca el resto del cuerpo con la siguiente contracción. Lo peor no es comprobar si lleva o no vueltas, sino actuar cortando estas vueltas con la falsa creencia de que si no lo hiciéramos el bebé no podría nacer. Esta práctica se debería abandonar, puesto que daña, pone a los bebés en peligro serio de hipoxia y no existe evidencia que la avale. El cordón umbilical alrededor del cuello no es un problema para nacer y no requiere de ninguna maniobra especial. Pero si se quiere intervenir, existe la maniobra de Somersault, que puede ser útil en partos altamente medicalizados. Vídeo docente de la maniobra de Somersault.

  • Creencia de que la donación de cordón es un acto altruista y que es una buena acción: Para empezar, la sangre no es del cordón, la sangre pertenece al bebé y sabemos a día de hoy, por evidencia científica de calidad, que ésta sangre es muy importante para su desarrollo físico y cerebral a corto y largo plazo. Privar al bebé de ésta sangre no debería hoy en día ser una opción porque existen serios conflictos éticos detrás. A partir de aquí, debemos cuestionarnos si los padres pueden consentir o no privar al bebé de los beneficios que aporta el clampaje tardío del cordón umbilical. O más bien, preguntarnos si es ético crear un daño intencionado y conocido por evidencia científica a un bebé que no ha podido consentir si quiere o no dar un 30% del volumen de su sangre altruistamente. Lo que está claro es que hoy en día, la donación pública o privada no es compatible con el clampaje tardío del cordón umbilical por el alto volumen de sangre que se necesita para las donaciones. Y por tanto estamos escogiendo privar al bebé de unos beneficios ya comprobados a cambio de dar su sangre para unos supuestos beneficios altruistas con escasa o ninguna evidencia detrás. Actualmente, solamente un 1,21% de las muestras de cordón tienen finalmente uso según la Auditoría oficial del Banc de Teixits (2017), lo que supone que más del 98% de nuestras no acaban teniendo ningún efecto práctico altruista. Existen otras formas mucho más éticas para poder ser donante, como por ejemplo hacernos los adultos donantes de médula.
  • Artículo sobre la tecnología para obtener células madre con sólo 10 ml esperando a que el cordón esté blanco.

  • Creencia de que hay que cortar el cordón para reanimar al bebé: sabiendo que tras el nacimiento el cordón sigue pulsando y que en la mayoría de los casos continúa aportando sangre oxigenada, no deberíamos pinzar ni cortar nunca. Se puede reanimar sobre la madre o entre sus piernas, tanto en la cama como en el suelo. La reanimación neonatal básica en bebés a término no requiere oxígeno, y si se tratara de prematuro se puede tener una bombona portátil al lado. El cordón es el mejor soporte para la transición de la criatura y el calor de la madre la mejor cuna térmica. Reanimación con el cordón intacto.

Mireia Marcos
Laia Casadevall

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